A principios de año empezaban los talleres de calceta y con ellos empezaban nuevas creaciones entre charlas risas y olor a café.
La Casita de las Maris se llena de alegría en cada taller y ahora que hemos medio vuelto a la rutina del otoño, os quiero enseñar algunas de las cosas preciosas que hicieron con tanto cariño e ilusión, aunque algunas veces costara un poco jeje.
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